El queso tiene dos funciones esenciales en la cocina: primero como alimento que puede degustarse solo, sin más tratamiento ni preparación y en segundo lugar, como ingrediente esencial de numerosos platos de cocina caliente y fría.
Pero el queso también es un producto natural sometido a constantes modificaciones y muy sensible a las influencias externa.
Cuando se compra queso en grandes cantidades debe saberse como tratarlo durante su almacenamiento, para la óptima continuación de maduración. El corte y el rallado son pasos fundamentales en la preparación de un queso en la cocina. Aquí, es importante presentar el queso más apetitoso posible, en su grado de curación óptimo, con las mínimas perdidas en el corte.
Por lo general, los modernos mostradores de quesos de los grandes supermercados garantizan un surtido amplio y fresco. El buen conocedor del queso puede hacer su compra en ellos cuando se trata de clases corrientes o especialidades regionales.
La temperatura es importante en almacenamiento: el exceso de calor hace que la curación sea demasiada rápida y el frío excesivo puede hacerlo amargo.
Un buen comerciante debería permitir al cliente comprobar el grado de curación de un producto natural en constante cambio como el queso.
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